1 Pedro 1:15-16 dice, “Vivan una vida completamente santa, porque santo es Aquel que los ha llamado. 16 Escrito está: Sean santos, porque Yo soy santo”.

¿Qué significa ser santa? Significa ser separada, ser distinta, ser diferente. La esencia de la santidad es imitar el carácter de Dios. Significa luchar contra todo aquello que nos impide vivir en Su imagen. Significa cultivar todo aquello que reproduzca Su imagen en nosotras.

Significa volvernos más centradas en Dios, MÁS COMO CRISTO, y facultadas por el Espíritu Santo. Una persona realmente santa es una persona de personalidad bella y atractiva. Es una persona dedicada a Dios, entregada a amar, a aceptar, y a perdonar a otros. Está enfocada a vivir una vida de rectitud y gozo.

Tiene la personalidad más saludable, que te puedas imaginar. Sus conversaciones son piadosas, y su estilo de vida, reflejan lo que habla. No hay ningún conflicto entre sus palabras y su caminar cristiano.

Está contenta porque ella confía en Dios. ¡ESO ES LO QUE LA SANTIDAD REALMENTE ES! Hebreos 12:14 dice que, “Sin Santidad… nadie verá al Señor.”

La Santidad es el hábito DE TENER EL MISMO SENTIR DEL CORAZÓN DE DIOS. Es el hábito de estar de acuerdo con el juicio de Dios, odiando lo que Él odia, amando lo que Él ama, y midiendo todo en este mundo, a través del estándar de Su Palabra. Π La mujer, que está completamente de acuerdo con Dios, es una mujer santa.

La mujer santa busca la mansedumbre, la paciencia, la benignidad, la bondad, y también como dominar su lengua. Una mujer santa se niega a sí misma. Ella es dadivosa y bondadosa. Ella se esfuerza por cumplir la REGLA DE ORO en Mateo 7:12, “Todo lo que quieras que la gente haga contigo, eso mismo has tú con ellos”.

Y más que nada, la SANTIDAD refleja la belleza y el esplendor DE NUESTRO SEÑOR SANTO en este mundo oscuro. Cuando busquemos la santidad, cumpliremos y experimentaremos todo lo que Dios tenía en mente, cuando nos creó.

Me encanta lo que C.S. Lewis, famoso escritor inglés, dice acerca de la santidad: “Que poco conoce la gente, que piensa que la santidad es aburrida. Cuando uno ve la verdadera santidad… es irresistible.” Santidad significa ser pura, limpia, y libre de pecado. Ser santa es reflejar la esencia moral de un Dios Santo.

La santidad comienza por dentro – con nuestros pensamientos, actitudes, valores y motivaciones – que son las cosas más profundas de nuestro corazón… QUE SOLO DIOS PUEDE VER. Lo que tenemos dentro afecta lo de afuera -- afecta como nos comportamos. ¡AFECTA NUESTRA CONDUCTA!

La santidad le da credibilidad a nuestro testimonio. Aquellas que proclaman un Salvador que cambia vidas, NO IMPRESIONARÁ A NADIE, si sus propias vidas no parecen ser diferentes, a las de otros. Un comportamiento santo realza nuestro testimonio, mientras que un comportamiento mundano, lo debilita. ¡Tú eres la luz del mundo!

Por eso, Jesús dice en Mateo 5:14,16, “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte, no se puede esconder. 16 De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras, y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos.”

CUANDO OTROS OBSERVAN TU COMPORTAMIENTO, ¿pueden “ELLOS” ver el retrato del corazón humilde y bondadoso de Jesús? ¿O ven en ti un ejemplo de soberbia y arrogancia?

Jesús fue bondadoso y cordial. Él sintió compasión. Él le demostró ternura al leproso cuando lo sanó. ¡HASTA LO TOCO! Como debe de haber anhelado este hombre QUE ALGUIEN LO TOCARA, en vez de tirarle piedras para que se alejara.

Jesús podía haberlo sanado primero, y después tocado. Pero no lo hizo. Compasión requiere más que palabras. Compasión requiere acción.

Jesús habló siempre la verdad. Perdonó a aquellos que le hicieron daño. Habló palabras amables, que ministraban a las necesidades de Sus oyentes. Pero también confrontó con valentía a los fariseos y a los escribas por su hipocresía.

Jesús es verdaderamente el retrato de la santidad. Colosenses 1:15 dice que “Jesús es la imagen del Dios invisible.” Y Hebreos 1:3 dice que “Jesús es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que Él es.”

Yo me acuerdo, que hace años, me fui a la Florida para asistir a una conferencia. Me hospedé en casa de una amiga. Un día, después de participar en un evento, regresé a su casa. La encontré viendo la televisión con su mamá. Ellas, gentilmente, me pidieron que me sentara a ver la película con ellas. ¡Y así lo hice!

No bien me senté, me quedé fría al ver las indecencias y obscenidades que pasaban por la pantalla, y escuchar las malas palabras que decían. ¡No sabía que hacer! ¡Cerré mis ojos! ¡Pero seguía escuchando las vulgaridades!

A los pocos minutos, ¡YA NO PUDE MÁS! Me levanté, me excusé y me fui a mi cuarto. ¡Mi corazón palpitaba aceleradamente! Una hora después, se acabó la película, y la mamá de mi amiga vino a mi cuarto a despedirse de mí.

Yo me disculpé por haberme levantado tan repentinamente. Le dije, QUE YO NO PODIA VER TANTA INMORALIDAD.

Que lo consideraba un insulto a mi Dios… ¡QUE VIVE EN MÍ! ¡Ella me regañó! Me dijo que me tenía que acostumbrar a las películas de hoy en día. ¡Que este es el mundo en que vivimos! ¡Carmen, déjate de necedades!

Yo le dije que era hija de Dios, y que no iba a bajar mis estándares, ¡Y ser como todo el mundo! Dios nos ha llamado a ser santas. ¡A ser diferentes! ¡Nosotras, las cristianas, hemos sido separadas para Dios!

¿Te estás conformado a un mundo pecador? ¿No tienes ningún problema en ver o hacer cosas impuras? ¿Hemos caído tan bajo de los estándares de Dios? ¿Sabes qué? Cuando miras cosas malas, entristeces al Espíritu Santo, que vive en ti. Tus ojos son las ventanas de tu alma.

Si Dios vive en ti, ES UNA OFENSA, quedarte en la sala, o en cualquier otro lugar, viendo algo que ofende al Señor…. ¡Y A TI MISMA!

¡Así que! Te quiero preguntar… ¿Eres santa? ¿Eres santa hoy día? Hebreos 12:14 dice que, “Sin Santidad… nadie verá al Señor.”