El Salmo 55:22 dice, 22 TÚ, deja tus pesares en las manos del Señor, y el Señor te mantendrá firme; el Señor no deja a sus fieles caídos para siempre.

PUEDE QUE YO NO SEPA CÓMO TE SIENTES EN ESTOS MOMENTOS, pero lo que sí sé, ES ESTO: Que alguien en tu vida se siente sola. ¡Y ESE ALGUIEN, PUEDES SER TÚ! La soledad es la enfermedad de nuestros tiempos. La soledad no conoce fronteras. Toca a todo sector demográfico.

Yo recuerdo hace años, el día en que sentí la soledad por primera vez. Me acababa de mudar a una casa nueva… chiquita… pero bien bonita. Acababa de pasar por un divorcio difícil. Mis hijos estaban esparcidos por todo el mundo. El mayor, en Europa. Mi hija, trabajando en California, y el menor, en la universidad de la Florida. ¡ESTABA SOLA! Era la primera vez en mi vida que me mudaba sola.

Yo tenía un buen trabajo, y viajaba mucho por negocios. Una vez que me instalé en mi nueva casa, me dije (para alentarme a mí misma): “¡Ah! ¡Qué bueno! Nadie me va a interrumpir. Voy a tener tiempo de leer todos los libros que siempre quise leer.

Y a lo que leía mi libro, me entró una congoja terrible. Comencé a sentir una fuerte opresión en el pecho y en la boca del estómago. Comencé a sentirme muy triste… MUY SOLA... ¡ABANDONADA! Me levanté del sofá. Me acerqué al ventanal, y miré hacia afuera. Había todo un mundo delante de mí.

PENSÉ… “Nadie sabe, NI SIQUIERA, ¡que existo! ¡No le importo a nadie!

¡No hay angustia más abrumadora que la angustia de la soledad! Pero como Dios es tan misericordioso, ÉL TUVO COMPASIÓN DE MÍ… ¡Y ME DIO UNA AMIGA!

A la mañana siguiente, NO BIEN ME DESPERTÉ, mi nueva vecina me tocó el timbre, y me entregó un paquete, que un Courier había dejado a mi puerta mientras yo estaba de viaje. Ese fue el inicio de una bella amistad, que perduraría por muchos años.

¿Alguna vez te has sentido totalmente sola, aislada, y abandonada aun rodeada de gente? ¿Alguna vez has pensando, QUE SI DESAPARECIERAS DEL MAPA, nadie se daría cuenta? Lo más irónico del caso, es que la soledad afecta a mucha gente hoy en día, aun cuando vivimos en la generación “MÁS CONECTADA” de todos los tiempos.

El internet y las redes sociales nos permiten mantenernos “virtualmente conectadas” con personas de cualquier parte del mundo. Y sin embargo, MUCHA GENTE SE SIENTE SOLA. La soledad es una epidemia. NADIE – casada o soltera, religiosa o no religiosa, joven o vieja – se libra del dolor de la soledad. De esa sensación de vacío… de ansiedad.

Del dolor de una separación… o de sentimientos de desaliento, derrota, y desesperación. No son solo las solteras, las viudas, o las divorciadas, las que experimentan la soledad. Tú puedes estar casada, Y SENTIRTE SOLA. Puedes ser parte de una familia grande, o vivir en una ciudad llena de gente, Y AUN ASÍ, ¡SENTIRTE SOLA!

El aislamiento, que causa soledad, ¡ES ALGO QUE SUCEDE DENTRO DE LA PERSONA MISMA! Sin embargo, en medio de la soledad y la tristeza, ¡HAY ESPERANZA! ¡LA BIBLIA TE PROMETE QUE JESÚS ESTÁ SIEMPRE CONTIGO! ¡QUE TÚ NUNCA ESTÁS SOLA!

El Salmo 34:18-19 dice, 18 Cercano está el Señor para salvar a los que tienen roto el corazón y el espíritu. 19 El justo pasa por muchas aflicciones, pero el Señor lo libra de todas ellas. TÚ FUISTE CREADA PARA VIVIR EN COMPAÑÍA DE OTROS, ¡Y DE DIOS! ¡Y DE TENER AMIGAS!

Seamos sinceras… ¿Cuántas amigas tienes en la vida real? Todas nosotras tenemos contactos, con quienes nos cruzamos en la calle, en el mercado; o conocidas con quienes conversamos acerca de las noticias, del tiempo, o de las aficiones que tenemos en común. Pero de seguro… que no podrías nombrar A MÁS DE UNA O DOS PERSONAS EN TU VIDA, que consideras verdaderas amigas.

También las aflicciones, por discapacidades físicas, mentales o emocionales, enfermedades crónicas o incurables, la vejez, y el abuso, pueden hacer que nos sintamos solas y abandonadas. En el Salmo 32:7, David le ora a Dios, 7 ¡Tú eres mi refugio! ¡Tú me libras de la angustia! ¡Tú me rodeas con cánticos de libertad!

¿Y cómo puede ser QUE LAS PAREJAS CASADAS se estén sintiendo CADA VEZ más solas? Vivir con un esposo – no nos asegura intimidad emocional, o seguridad en la relación. Muchas parejas no están emocionalmente conectadas, porque no comparten sus sueños o deseos, sus aflicciones o esperanzas. ¡NO SE ESCUCHAN! Simplemente comparten el mismo techo sobre sus cabezas.

Cuando te sientes QUE EL MUNDO ENTERO TE HA ABANDONADO, que nadie entiende tu dolor, la Biblia te promete en Deuteronomio 31:8, 8 El Señor va delante de ti. Él estará contigo, y no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides.

¿Estás luchando con sentimientos de soledad? ¿Te culpas a ti misma por tu soledad, o les echas la culpa a otros? ¿Le has hablado a Dios acerca de tu soledad? ¿O a una amiga?

¿CÓMO PODEMOS SUPERAR LA SOLEDAD? Como la soledad es común en todas nosotras, y puede ser realmente controlada… sería bueno poder examinar CUIDADOSAMENTE los elementos de la soledad en tu propia vida. CONOCIMIENTO SOLAMENTE, no puede resolver los problemas QUE LA SOLEDAD CAUSA.

Pero conocimiento, JUNTAMENTE CON SABIDURÍA, pueden ser muy útiles para limitar los efectos negativos DE LA SOLEDAD EN TU VIDA. Aunque la soledad se siente como un problema emocional, BASADO EN CIRCUNSTANCIAS INALTERABLES, ES REALMENTE UN PROBLEMA DE PERCEPCIÓN, que nos puede llevar a problemas emocionales.

Por eso, Proverbios 2:6 dice, 6 Porque el Señor da la sabiduría; de sus labios brotan conocimiento e inteligencia.

La soledad ES NO TENER con quien conversar. Tener una silla vacía, o una cama media vacía. Un teléfono que nunca suena. Un correo que nunca llega. La soledad ES TENER TIEMPO, pero nadie con quien compartirlo. ES TENER UN REGALO, pero a nadie a quien dárselo. Una casa que ya no es un hogar. Una ocasión especial, sin una persona especial. Ya sea por la muerte de un ser querido, un divorcio, una amistad distanciada, e hijos ingratos.

¡Pero la soledad se puede superar! ¿CÓMO? Llenando ESA MESA VACÍA con invitados a cenar. No esperando visitas, sino más bien, invitando a tu casa. Haciendo los feriados más alegres, ¡COMENZANDO NUEVAS TRADICIONES! Llamando a gente por teléfono.

Mandando notitas cariñosas a familiares y amigos. Dejando ir los resentimientos… Y OFRECIENDO PERDÓN. Dándole regalos a niños necesitados. Buscando a alguien a quien escuchar… O ALGUIEN A QUIEN AYUDAR. Visitando a aquellos que necesitan compañía.

¿Y cómo puedes experimentar consuelo en tu soledad? ¡Aprende a apoyarte en el Señor! Él te puede consolar. Permite que Jesús satisfaga tus anhelos más profundos, y te llene de Su amor. Hazlo a través de la oración, y buscándolo en la Biblia. Tú te sentirás sola, ¡PERO TÚ NUNCA ESTÁS SOLA! ¡Jesús está contigo! ¡Él nunca te dejará! ¡Aférrate a Él. ¡No te desanimes! ¡Ten esperanza hasta el final!