¿Qué preferirías? ¿Vivir 50 años más en esta tierra, o irte al cielo hoy mismo? La mayoría de la gente preferiría quedarse 50 años más en la tierra. ¿Por qué? Porque dicen querer ver a sus hijos crecer, a sus nietos crecer, y experimentar todo lo que esta tierra ofrece… ¡Y LUEGO… IR AL CIELO!

El cielo es real. A través del tiempo Dios ha implantado dentro del alma de una persona un anhelo profundo por un lugar así. Toda la gente y en todos los tiempos ha creído en una vida después de la muerte. En épocas pasadas, los habitantes de las cuevas representaban “EL MÁS ALLÁ” a través de las pinturas en las paredes de sus cuevas.

Hace más de tres mil años, los egipcios enterraban a sus faraones con provisiones, utensilios, armas, y hasta con sirvientes en su búsqueda de una vida más allá de esta.

Todo el mundo quiere saber la verdad acerca del cielo. Pero no podemos encontrar esta verdad en nuestra imaginación, o en nuestra cultura, o en lo que otros dicen. ¡Nosotros solo podemos encontrar la verdad en las Escrituras!

Apocalipsis 21:1-2 dice, Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y el mar tampoco existía ya. 2 Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo.

¡LA ETERNIDAD ES REVELADA AQUI! ¡Un nuevo cielo, una nueva tierra, la Nueva Jerusalén, una nueva era, y una residencia eterna para la novia del Cordero! ¡Seremos una nueva creación en Jesucristo! ¡Será algo espectacular! ¡Algo nunca visto!

¡SI! ¡El cielo es real! ¡Es un lugar de verdad! Jesús mismo lo dijo en Mateo 24:35, El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. La vieja creación fue hecha para el primer Adán. Cristo, el segundo Adán, tiene una nueva creación para Sus nuevas criaturas.

El Señor dijo en Isaías 65:17, ¡Fíjense bien! ¡Ya estoy creando nuevos cielos y nueva tierra! De los primeros, nadie volverá a acordarse, ni los traerá más a la memoria. Dios le prometió a Abrahán una tierra para siempre, y a David un trono para siempre.

Y Daniel profetizó en Daniel 2:44, Y en los días de estos reinos, el Dios del cielo hará que surja un reino que jamás será destruido.

2 Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo.

En 1880 en Inglaterra, una boda excepcional se llevó a cabo. El novio, William Montague, se quedó ciego a los diez años. Mientras estudiaba en la Universidad de Cambridge, se enamoró de la hija de un oficial de la marina inglesa. Dos semanas antes que se casaran, William se hizo hacer una operación a los ojos.

En el día de la boda, mientras la novia caminaba hacia el altar del brazo de su padre, el papá de William le quitó las vendas de sus ojos. Por primera vez, ¡William vio a su novia! Con un gozo indescriptible de alegría, William exclamó, “Eres más bella de lo que jamás me hubiera imaginado.”

De alguna manera, algún día todas nosotras, las creyentes en Jesucristo, tendremos un momento como ese. ¡Imagínate abrir tus ojos por primera vez en el cielo, y ver a nuestro Salvador cara-a-cara! Esa primera mirada hará, que todo lo que pasaste en esta tierra, haya valido la pena.

PAUSA

No hay una descripción más bella en este mundo, que el de una novia que se adorna para su esposo.

En mi vida he ido a muchos matrimonios… a muchas bodas, y nunca he visto una novia fea. Todas las novias son siempre lindas… bellas. Cuando la ceremonia comienza, nadie le presta mucha atención al novio. ¡Él está parado ahí esperando a su novia!

Pero en eso, la marcha nupcial comienza, todo el mundo se pone de pie, y fija su mirada en la novia. ¡SI! ¡Blanca y radiante viene la novia! Este es el momento más conmovedor para el novio. Ve a su amada caminando hacia él – mira embelesado a la mujer que será suya. ¡La Nueva Jerusalén será el hogar preparado para la iglesia… ¡PARA LA NOVIA DE CRISTO!

Jesús dijo en Juan 14:2-3, En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes. 3 Y si me voy y les preparo lugar, vendré otra vez, y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, también ustedes estén.

El cielo no es simplemente un lugar. ¡Es un lugar preparado! ¡Y es precioso! Dios ama la belleza. Si no, Él nunca hubiera creado tantas cosas bellas en este mundo. El cielo es un lugar de belleza, y de resplandor incomparable.

El libro del Apocalipsis es “una descripción tras otra” de su gloria. Ni el tiempo ni el espacio ni el vocabulario humano nos permite explicar su esplendor. Las palabras de Jesús nos muestran, que el camino a la vida eterna, aunque sea invisible, es seguro porque Jesús lo ha preparado. ¡Este pasaje está lleno de promesas!

Como seguidoras de Jesús, podemos estar seguras de que recibiremos la vida eterna… ¡porque Él la ha prometido a todos los que creen en Él! Aunque no conocemos todos los detalles acerca de la eternidad, no debemos tener miedo porque Jesús mismo está haciendo los preparativos para nuestra llegada. ¡Él siempre estará con nosotras!

¡La Nueva Jerusalén descenderá al centro del nuevo universo! El apóstol Juan vio la ciudad como un cubo de 2,200 kilómetros, que puede alojar “cómodamente” a cien mil millones de personas. Tiene espacio -- más que suficiente -- para todas las personas que han vivido en la tierra.

La ciudad es hecha de oro puro, y está construida sobre un cimiento con incrustaciones de piedras preciosas. Y no tiene necesidad de un templo o de luz, porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero son su luz.

Un chiquito estaba fascinado mirando el cielo… lleno de estrellas… y dijo, “Papi, si este lado del cielo es tan bonito, ¿cómo será el otro lado”? ¡El cielo será más increíble que el sueño más maravilloso que puedas tener!

4 Dios enjugará las lágrimas de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las primeras cosas habrán dejado de existir.

Jesús va a sanar a todos aquellos que busquen ser sanados en Él. ¡No hay excepciones a esta promesa! Por eso 1 Juan 3:2, dice, Pero sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él porque lo veremos tal como él es.

¡Nosotras seremos como Jesús! Los padres de un niño con síndrome de Down, o de un niño en silla de ruedas escribirán en la pared de su habitación… ¡Nosotros seremos como Jesús! Los discapacitados, los postrados en cama, y los anémicos dormirán tranquilos con esta promesa… ¡Nosotros seremos como Jesús!

¡En el cielo no habrá maldición! Por más que odiemos los paros cardiacos, ¿no odiamos más el pecado? El asma roba la respiración, pero el egoísmo y la tacañería, roban la alegría. La diabetes puede arruinar el sistema de un cuerpo, pero el engaño, y la desconfianza arruinan a la sociedad.

El pecado ya no va a estar en guerra con nuestra carne. Los ojos ya no codiciarán. Los pensamientos ya no vagarán. Las manos ya no robarán. Nuestras mentes ya no juzgarán, y nuestras lenguas ya no mentirán. ¡Seremos hechas nuevas! ¡SEREMOS COMO JESUS!

Ya no habrá más lágrimas. El dolor, la pena y el sufrimiento serán olvidados. Y un gozo indescriptible será nuestra experiencia constante. La Nueva Jerusalén será el lugar perfecto para vivir. La calle principal de la ciudad será de oro puro, tan bello como un cristal transparente. ¡EL CIELO VA A SER ESPECTACULAR!

Y ya para terminar. ¡Quiero preguntarte! ¿Eres tú la novia de Jesús? ¿Te has entregado completamente a Él? ¿Te estás preparando para tu boda con Él? ¿Cómo crees que se leerá la invitación a la boda?

Pienso que dirá algo así… en bellas letras de oro, “Estás cordialmente invitada por el Padre de gloria a la boda de Su Hijo, el Señor Jesucristo, y Su Novia, la Iglesia, que se llevará a cabo en la Casa del Padre. La recepción se realizará en los jardines del cielo”.

NO TE PIERDAS LA SEGUNDA PARTE DE “MÁS ALLÁ DEL SOL” ESTE ÚLTIMO CAPÍTULO DE LA BIBLIA ES EL MÁS EMOCIONANTE DE TODOS. ¡ASI QUE! ¡LAS ESPERO!