Juan 1:14 dice, Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria (la gloria que corresponde al unigénito del Padre), llena de gracia y de verdad.

¡HABÍAN PASADO CUATROCIENTOS AÑOS DE SILENCIO! Así de largo había sido el tiempo en que Dios no había hablado a través de uno de Sus profetas. La gente de Israel se preguntaba si Dios les iba a volver hablar – o si se había olvidado de los pactos que Él había hecho con Sus antepasados – con Abrahán y David.

Como había habido una pausa de silencio tan prolongada, sus oídos estaban ansiosos de escuchar de Dios. Estaban hambrientos por una palabra. ¡Y DIOS MANDÓ A LA PALABRA! Pero esta vez, la Palabra vino como nunca antes había venido.

La Palabra, que había estado con Dios en la creación del mundo, ahora había venido al mundo para ofrecer un nuevo pacto y una nueva vida. Durante esos 400 años de silencio, Dios había preparado al mundo para difundir la Palabra.

Bajo la influencia de Alejandro Magno, el griego, el lenguaje de la ciencia, la medicina, y la filosofía, HIZO QUE LA COMUNICACIÓN DE LA PALABRA FUERA MÁS FÁCIL, que lo que había sido anteriormente.

También, COMO LAS CARRETERAS, Y LA PAZ ROMANA EXISTÍAN, le dieron gran estabilidad y seguridad al imperio, así que los misioneros podían viajar a todas partes sin mucha dificultad.

Y también, HABÍA MÁS JUDÍOS DISPERSOS POR TODO EL IMPERIO -- QUE EN EL MISMO ISRAEL -- dándole a los evangelistas, SINAGOGAS Y COMUNIDADES JUDÍAS, del cual predicar las buenas noticias a través de todo el mundo conocido. ES EN MEDIO DE ESTE CLIMA GLOBAL, que Dios mandó Su Palabra. ¿Y cuál fue Su mensaje?

Mateo 1:23 nos dice, Le pondrás por nombre Emanuel, que significa: “Dios está con nosotros.” Y Mateo 2:21 dice, Le pondrás por nombre JESÚS, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.

Y Juan 1:12-13 dice, Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios.

14 Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros. ¡JESÚS ES DIOS! ¡JESÚS ES HOMBRE! Correctamente entendido, ESTAS SON DOS VERDADES MUY IMPORTANTES, que se pueden decir acerca de la persona de Cristo. No debemos de cometer el error de pensar que Jesús es simplemente un hombre divino, o es, simplemente, un Dios humano.

¡JESÚS ES EL DIOS-HOMBRE! Esto significa que Jesús es completamente Dios y completamente hombre. ¡ÉL ES DIOS CON NOSOTRAS! ¡DIOS POR NOSOTRAS! ¡DIOS EN NOSOTRAS! Como hombre, Él es Aquel que ha experimentado todas las pruebas, alegrías, sufrimientos, pérdidas, ganancias, tentaciones, y vicisitudes de esta vida.

¿Por qué es la humanidad de Jesucristo tan importante? La encarnación hizo posible que Jesucristo muriera. Esto es lo que el autor de Hebreos estaba pensando cuando escribió en Hebreos10:4-7… La sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados…

5 Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo: No quieres sacrificio y ofrenda, pero me has dado un cuerpo. No te agradan los holocaustos ni las expiaciones por el pecado. 7 Entonces dije: “Mi Dios, AQUÍ ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD, como está escrito de Mí en el libro.” ¡UN CUERPO HIZO POSIBLE QUE JESUCRISTO MURIERA!

Jesús no fue un fantasma ni un espíritu, cuando ministró en la tierra, ni Su cuerpo fue una simple ilusión. Juan y los otros discípulos --TUVIERON CADA UNO -- una experiencia personal que los convenció de la realidad del cuerpo de Jesús.

En su evangelio, Juan nos cuenta que Jesús se cansaba y que tenía sed. Que gimió dentro de sí, y lloró abiertamente. En la cruz, Jesús tuvo sed, sangró, y murió, Después de Su resurrección, Él le probó a Tomás, y a los otros discípulos, QUE ÉL TODAVÍA TENÍA UN VERDADERO CUERPO, aunque ahora era un cuerpo glorificado.

¿Cómo se hizo carne la Palabra? Por el milagro de su nacimiento de una virgen. Jesús se identificó con nosotros en todo aspecto de la vida -- desde Su nacimiento hasta Su muerte. La Palabra no fue un concepto abstracto de filosofía, SINO UNA VERDADERA PERSONA, que podía ser vista, tocada, y escuchada. El cristianismo es Cristo, ¡Y CRISTO ES DIOS!

14 Y vimos Su gloria (la gloria que corresponde al unigénito del Padre), llena de gracia y de verdad. La revelación de la gloria de Dios es un tema muy importante en el evangelio. Jesús reveló la gloria de Dios en Su Persona, en Sus obras, y en Sus palabras. Juan registró siete maravillosos “milagros de Jesucristo” que declararon la gloria de Dios.

La gloria del antiguo pacto de la ley, FUE UNA GLORIA QUE SE DESVANECÍA, pero la gloria del nuevo pacto EN CRISTO, es una gloria creciente. La ley podía revelar el pecado, pero no podía hacer nada para removerlo. Jesucristo vino lleno de una plenitud de gracia y de verdad. Y esta plenitud está disponible para todos aquellos que se entreguen a Él.

Al volverse hombre, Jesús también nos dio un ejemplo de cómo vivir una vida QUE COMPLACE COMPLETAMENTE AL PADRE. Además, la encarnación fue importante, porque a través de ella, Dios santificó el valor de la vida humana de una forma, QUE ANTES NUNCA, SE HABÍA HECHO. Antes de la venida de Jesucristo, la vida en el viejo mundo era egoísta.

Y tal parece, que como cultura, estamos abandonando nuestros valores y nuestros principios bíblicos. Y como resultado, estamos viendo, QUE LA VIDA DE HOY, se está volviendo cada vez más egoísta.

Sin embargo, el cristianismo valora la vida – NO SOLO PORQUE DIOS NOS LA DIO -- sino porque Jesucristo la santificó AL ASUMIR LA NATURALEZA HUMANA, por medio de la encarnación. ¡JESUCRISTO SE VOLVIÓ COMO TÚ… ¡COMO YO!

¡Así que! ¿Cómo debemos de responder a la gracia de Dios? Debemos de levantar nuestros corazones, Y NUESTRAS VOCES EN ADORACIÓN A DIOS, que vino desde la distancia infinita y de las glorias del cielo, A UN MUNDO COMO EL NUESTRO, para que pudiéramos ser redimidas… ¡Y PARA ATRAERNOS A SÍ MISMO!

La encarnación es la segunda verdad más maravillosa de la Biblia. П Y LA VERDAD MÁS GRANDIOSA DE TODAS – ES QUE ESTE DIOS -- ¡QUE SE HIZO HOMBRE!... nos pudiera amar tanto QUE FUE A LA CRUZ para morir por nosotras.