Antes de conocer el testimonio de Carmen es importante anotar que ella, al igual que muchos de nosotros, en su deseo de ser feliz trató constantemente de llenar su vida de muchas maneras, con posesiones materiales, con actividades diversas, viajes, estudios, títulos profesionales y mucho más. Pero nada de ello llenó el gran vacío que tenía en su corazón. Su vida transcurrió vacía y solitaria.

Su testimonio es la prueba de que Jesucristo ha sido una fuente de inspiración, no sólo para su vida sino para la vida de muchos otros, a quienes les ha permitido a través de su ejemplo y de su cometido constante de enseñar la verdad de Dios, conocerlo y recibirlo como Señor de sus vidas.

Un día Jesús vino a mi vida, y me dijo, “Sígueme… Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida…” y todo cambió para siempre.

Lee mas...

© Fotografía por Nancy Galligan