Hace unos años había una viejita que no tenía dinero para comprar comida. Así que oraba, “Señor, por favor, mándame un pollito y un saco de arroz. Una y otra vez oraba la misma oración en voz alta. Uno de los patanes del pueblo, le quiso hacer una mala jugada.

Él tiró un pollo y un saco de arroz por la chimenea de la viejita. La comida cayó delante de ella… a lo que estaba de rodillas orando. De un brinco, ella se puso de pie, y exclamó, “¡Ay Señor! ¡Has contestado mi oración! Y salió corriendo a contarle a todo el pueblo las buenas noticias.

Ya esto era demasiado para el bellaco este que había tirado la comida por la chimenea. Él ridiculizó a la viejita en público, y le dijo… “que Dios no había contestado su oración. ¡ÉL LO HABÍA HECHO”! La viejita contestó, “¡Bueno, EL DIABLO LO HABRÁ TRAÍDO… ¡PERO EL SEÑOR LO MANDÓ”!

En Mateo 7:7-8 Jesús dice, Pidan, y se les dará, busquen, y encontrarán, llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, RECIBE, y el que busca, ENCUENTRA, y al que llama, SE LE ABRE.

Jesús es nuestro modelo y ejemplo de la oración, no solo al darnos la oración del “Padre Nuestro”, SINO TAMBIEN POR LA FORMA COMO ÉL PRACTICABA LA ORACIÓN DURANTE SU VIDA EN LA TIERRA. Muchas veces, Él se apartaba de las multitudes, y de Sus discípulos para orar a solas con Su Padre en el cielo.

Jesús pasaba largas horas “A SOLAS” en oración -- hablando y escuchando a Su Padre. Y Dios quiere que nosotras oremos “A SOLAS” también. Él quiere que nos separemos de nuestro trabajo, tareas, y familia para tener una conversación personal con nuestro Padre.

La lección más importante de este pasaje es esta: ¡TODA PERSONA QUE PIDE RECIBE! En las tres palabras que nuestro Señor usa – PIDAN, BUSQUEN, y LLAMEN, Él parece darnos tres significados diferentes. Si este es Su propósito, entonces la primera palabra “PIDAN” se refiere a las cosas por las cuales oramos.

Pero yo puedo pedir y recibir cosas SIN TENER al Dador de las cosas. “BUSQUEN”, es la palabra que la escritura usa para Dios Mismo. ¡Cristo nos asegura que nosotras podemos encontrarlo a Él! PERO ES IMPOSIBLE ENCONTRAR A DIOS EN NUESTROS MOMENTOS DE NECESIDAD – si es que no tenemos una comunión íntima con Él.

Y la palabra LLAMEN, habla de habitar con Él… ¡Y EN ÉL! El pedir y recibir cosas, nos lleva a buscar y encontrar al Dador de todas las cosas. Y cuando tocamos a las puertas del cielo, las puertas del hogar del Padre y Su amor… ¡SE ABREN! Lo que nuestro Señor quiere… ES QUE SEPAMOS QUE EL PEDIR, EL BUSCAR Y EL LLAMAR no son nunca en vano.

Recibir una respuesta, encontrar a Dios y Su corazón abierto, y el hogar de Dios son definitivamente, EL FRUTO DE LA ORACIÓN. El hecho que Jesús repite esta verdad de tres formas diferentes -- es realmente -- una lección bien importante.

Esto prueba que Él conoce nuestro corazón. Él sabe que las dudas y la desconfianza de Dios son naturales en nosotras. Cuán fácilmente “NOS PREDISPONEMOS” a pensar que la oración es simplemente una acto religioso… que no tiene respuesta. ¡ESTA ES LA LEY FIJA Y ETERNA DEL REINO!

SI TÚ PIDES Y NO RECIBES…TIENE QUE SER QUE HAY ALGO QUE FALTA O QUE ES NECESARIO EN LA ORACIÓN. ¡ASÍ QUE ESPERA! Deja que la Palabra y que el Espíritu te enseñe a orar correctamente. ¡TEN FE! ¡PORQUE TODA PERSONA QUE PIDE RECIBE!

La oración consiste de dos partes y tiene dos lados: LA PARTE HUMANA Y LA PARTE DIVINA. La parte humana es de pedir, y la divina es de dar. Es como si Dios quisiera decirnos que no debemos descansar hasta recibir la respuesta porque esa es la voluntad de Dios.

Esta es la regla del Padre para Su familia: TODA PETICIÓN DE UN CORAZÓN INGENUO Y CONFIADO… ¡ES CONCEDIDA! Si la respuesta no viene, no debemos resignarnos… SUPONIENDO QUE NO ES LA VOLUNTAD DE DIOS DE DARNOS UNA RESPUESTA. ¡NO! Dios quiere que la oración tenga la ingenuidad y la confianza de una criatura.

Jorge Müller es uno de los grandes hombres de oración… y de fe en Dios. Él le ha probado al mundo entero la verdad de Filipenses 4:19, que dice, Mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. ¡Müller será recordado siempre como el hombre que recibió muchas cosas de Dios.

Su testimonio es una inspiración para los cristianos de todo el mundo. La vida de confianza y dependencia en Dios de Jorge Müller es un gran testimonio de la bondad, fidelidad, poder y realidad de Dios. Y Dios, hoy en día, se mostrará a sí mismo igualmente a todo aquel que confíe en Él.

A la edad de 30 años, Jorge se sintió guiado por Dios a establecer un orfanato en Bristol, Inglaterra. Así que él se puso a orar ante el Señor. Una tarde, leyendo las Escrituras, leyó lo que Dios le decía en el Salmo 81:10, Abre la boca, y Yo te daré de comer.

Müller y su esposa decidieron depender únicamente de Dios para que supliera todas sus necesidades. Nunca le iban a pedir a nadie lo que necesitaban. ¡SOLO A DIOS!

Imagínate que estés a cargo del cuidado de cientos de niños huérfanos. Mientras ellos duermen esa noche, tú haces tus cálculos, y te das cuenta que no tienes suficiente dinero para alimentarlos al día siguiente. ¿Qué harías tú en esa situación? ¿Tal vez te arrepentirías de haberte comprometido a cuidar a huérfanos?

¿O tal vez le pedirías ayuda a alguien con recursos económicos? Jorge Müller estuvo en esa situación montones de veces durante décadas. ¡PERO ÉL SIMPLEMENTE ORABA! ¡CONFIABA EN DIOS! No importa cuán desesperada pudiera ser su necesidad, él simplemente reanudaba sus oraciones. Y el dinero o la comida siempre llegaban “A TIEMPO” para salvar la situación.

Una mañana los platos, tazas y tazones estaban vacíos en la mesa. No había comida en la despensa, y no había dinero para comprar comida. Los niños estaban parados esperando su desayuno, cuando Müller dijo, “Niños ustedes saben que debemos llegar a tiempo al colegio”. ¡Así qué! Levantando su mano, dijo, “Querido Padre, te damos las gracias por lo que nos vas a dar de comer hoy”.

En ese momento, alguien tocó a la puerta. El panadero estaba ante él, y dijo, “Señor Müller, anoche no pude dormir. De algún modo, sentí que usted no tenía pan para el desayuno, y el Señor quería que yo le trajera panes. Me levanté a las dos de la mañana, para hornear pan fresco, y aquí se los he traído”.

Müller le dio las gracias. Y no bien cerró la puerta, hubo un segundo toque a la puerta. ¡ERA EL LECHERO! Este le anunció que su camión de leche se había malogrado “precisamente” delante del orfanato, Y QUE ÉL QUERÍA OFRECERLES LA LECHE PARA LOS NIÑOS para poder vaciar su camión, y llevarlo al taller para que lo arreglaran.

Jorge atribuyó el buen éxito de sus orfanatos, Y SU MINISTERIO EN GENERAL, a su humilde esfuerzo de “hacer la obra de Dios al modo de Dios”, buscándolo a Él solamente para que fuera su guía y apoyo. Probó que hay poder en Dios, a través de la fe y la oración.

Jorge pudo decir…AL FINAL DE SU VIDA, que ni siquiera una vez le pidió a nadie dinero, ni públicamente ni privadamente: ¡SOLAMENTE SE LO PEDÍA AL SEÑOR!

Hoy en día, muchos oran todos los días, piden muchas cosas, y confían que algunas de ellas serán contestadas. Pero no tienen la seguridad SI SUS ORACIONES SERÁN CONTESTADAS COMO REGLA GENERAL EN SU VIDA DIARIA. Lo que nuestro Padre busca es una comunicación diaria con Sus hijas e hijos… ¡ESCUCHANDO Y CONCEDIENDO SUS PETICIONES!

Él desea que tú vayas a Él – día tras día –con distintas peticiones. Y Él desea – día tras día – ¡HACER POR TÍ LO QUE LE HAS PEDIDO! Dios está buscando a gente – QUE SE ENTREGUE A ORAR FERVIENTEMENTE… Y DE TODO CORAZÓN.

Jesús nos enseña a que no oremos solo una o dos veces – POR LO QUE QUEREMOS --sino que vayamos una y otra vez como la viuda persistente lo hizo en Lucas 18. ELLA PIDIÓ Y SIGUIÓ PIDIENDO, BUSCÓ Y SIGUIÓ BUSCANDO, Y LLAMÓ Y SIGUIÓ LLAMANDO…

¡APRENDAMOS A PERSISTIR EN LA ORACIÓN! Cuando lo hagamos, recibiremos grandes bendiciones... y nuestra fe se hará más fuerte… ¡Y NUESTRO DIOS SE GLORIFICARÁ INMENSAMENTE!